El día que los muertos caminan…
Llegar a la ciudad de Sao Paulo suele ser estremecedora, debido, a mi parecer, a un conjunto de factores entrelazados, entre ellos el hecho que esta babilonia moderna es la ciudad más grande de Brasil y de América Latina, que con una población cercana a los veinte millones de habitantes se ubica en la séptima ciudad más grande del mundo, donde alrededor setenta nacionalidades residen permanentemente. Es por eso que todo en esta ciudad es ‘grande’, y uno se siente pequeño como Freder en la Metrópolis imaginada Fritz Lang. Por empezar tiene cuatro aeropuertos y su aeropuerto principal, Garulhos, es inmenso, tanto es así que para hacer trasbordo de aviones recomiendan una hora y media para poder alcanzar el segundo vuelo. Desde el último piso de uno de los edificios más altos de la ciudad, la Torre do Banespa (también conocida como el Edificio Altino Arantes) puede apreciarse su inmensidad de concreto y antenas, y aunque el día este despejado en el horizonte solo se ven más edificaciones y más, y más, y más… Los puestos de información turística te proveen de por lo menos tres mapas, porque no tienen uno que abarque su inmensidad y toda la información, uno es del centro y los alrededores con los destacados, pero con calles diminutas sin nombre; otro un poco más de cerca que abarca el centro histórico y sus principales puntos turísticos, y otro que tiene destacados de las zonas lindantes del centro, este, oeste, norte y sur. Su agitado movimiento diario y nocturno, cultural, económico – financiero, le valió que los brasileros la conozcan como ‘la ciudad que no puede parar’. Todo en esta ciudad es grande, y eso asusta.
La fecha de mi llegada, el día 2 de noviembre, le adicionó un condimento estremecedor inigualable a la urbe. Ese día se conmemora el día de los muertos (o de los finados, como aquí se la conoce) y es feriado nacional, por tanto era un día poco habitual en el centro de la ciudad. Las calles no estaban atestadas de gente que iba o volvía de su trabajo, había pocos colectivos realizando el recorrido, no había muchos autos circulando y hasta se encontraba lugar para estacionar, lo cual es casi un milagro durante semanas. Pero en medio de toda esa quietud había algo llamativo. De tanto en tanto emergía un transeúnte con manchas rojas en la ropa, o con prendas desgarradas, o con maquillaje de ojeras, o que arrastraba cadenas, o que portaba cuchillos. Cada vez eran más, y sus disfraces mas producidos y escalofriantes. Hasta que los vi, desde lo alto de la avenida Sao Joao pude ver la marea de zombies caminando por las calles, y me zambullí en ella.
La ‘zombie walk’ se efectúa en Sao Paulo desde el 2006, es una caminata multitudinaria donde se asiste con algún tipo de disfraz o maquillaje alusivo. Tuvo su origen en la ciudad de Sacramento, California, en el 2001, donde asistieron fanáticos de películas de terror que marcaron este evento para poder reunirse y recorrer la ciudad disfrazados dándose visibilidad. A lo largo de la década, con la popularidad de las películas de zombies, las zombie walk se han extendido en muchas direcciones y han ampliando su concurrencia. En Sao Paulo es un evento abierto a todo el que quiera participar, con la condición sine qua non de tener alguna prenda alusiva, acuerdan un punto de salida y uno de llegada, así el que asiste puede perderse entre los miles de zombies que recorren la ciudad hasta el punto final donde algunas bandas de estilo gótico también disfrazadas se hacen escuchar.
Si bien no tienen un propósito explicito para su manifestación, encontré interesante que en blog donde publican fotos e información de las zombie walk de Sao Paulo, la primera imagen que aparece sea la de la escultura de Oscar Niemeyer, la Mano Ensangrentada, localizada en el Memorial de América Latina y que simboliza la lucha de los pueblos de América, en la placa de obra se lee “Suor, sangue e pobreza marcaram a história desta América Latina tão desarticulada e oprimida. Agora urge reajustá-la num monobloco intocável, capaz de fazê-la independente e feliz” y ese es el lema con que estos zombies caminan…
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