Santiago del Estero
“Cuando atravesemos la frontera de Córdoba vamos a caer que estamos de viaje”, y así fue nomas… dejar cierta familiaridad de paisajes provoco que mi cuerpo experimente y sienta que ese viaje tan anhelado había comenzado… Quizás por eso empiezo el relato del viaje desde aquí, salteando la estadía en la cercana Rosario, en la nevada Villa Giardino y en Capilla del Monte. El cambio de lo que veíamos desde las ventanas del Dacia era notorio, adiós al monte cordobés y bienvenida la sequia y la aridez santiagueña, ese calor seco que la piel siente y los pulmones celebran. La primer parada fue Termas de Rio Hondo, un destino preferencial para la tercera edad por la virtudes de las aguas termales. Por tanto, en el camping donde nos asentamos nos rodeaban el rio dulce y las casas rodantes de los muchos que van a descansar en las piletas calientes y sanadoras. Después de recargar energías, nos dirigimos hacia la capital de la provincia, donde el fin de semana largo del 17 de agosto se celebraba un nuevo natalicio de la abuela Carabajal. La comunidad virtual de Couchsurfing facilito un encuentro maravilloso con Mariano, un santiagueño de lo más simpático y hospitalario y con Itati, quien visitaba la provincia con la firme intensión de bailar chacarera hasta la madrugada. Frecuentamos entonces el barrio de La Banda, guiados por entredichos y presentimientos, porque la enemistad que existe entre santiagueños y bandeños, sumado a una extrema desinformación de los eventos y festejos, provocaba que absolutamente nadie supiera con certeza qué sucedía del otro lado del puente Carretero… Ya en el barrio Los Lagos, gozamos y bailamos algunas de las 40 horas de chacarera continuadas para entrar en el record guiness, de los pasteles y empanas fritas, las tortillas y los bollos, las gigantes ollas con locro (harinas y frituras por demás). Admiramos la heterogeneidad de las parejas, de todas las edades y procedencias, que en esa callecita bajo la inclemencia del sol invernal y rodeados de puesteros de comida, hacían que el polvo del suelo tiñera nuestros cabellos… la sensualidad en la zamba, la coquetería del zarandeo, la hombría y la fogosidad en el zapateo, la pasión para tocar de los músicos, el desgarro de las voces para cantar… Santiago es una ciudad con historia y mucha superstición y quizás verdaderamente aquellos que tocan y bailan con el alma se hayan entregado a la Salamanca…
Que lindo gaby!
ResponderEliminarCon el color de la tierra, y la fuerza de la Pacha, recorré toda la América y su gente con esta sensibilidad y observación que así nos enteramos todos!
"Viajar es la mejor escuela"
(y si aparece algún amorío digno de menor narrativa, contanos lo mismo!)
Pe
Gracias pe! si aprovecho el parate del viaje para compartir parte de esta multiplicidad de sensaciones que me atraviezan!! y si los amorios tambien t van a llegar pero quizas x mail :)
ResponderEliminarestarias orgulloso como me estoy desenvoliendo solita con la tecnologia!
besos y saludos a la muchachada!!